El agua de mar basa su poder curativo
preventivo en tres ejes que se mueven
equilibradamente gracias a la
información que le suministra la sabiduría
innata del ADN marino.
Recarga hidro electrolítica. Rehidrata
al mismo tiempo que suministra la
totalidad de los más puros y
orgánicos minerales (electrolitos) en
forma orgánica fácilmente asimilable.
Reequilibrio de la función
enzimática. La que permite el
funcionamiento de los mecanismos
de autopreparación que rige el ADN
y la salud consiguiente.
Regeneración celular. El agua de mar
suministra a las células los elementos
imprescindibles para su buen
funcionamiento, con lo que el
organismo vuelve al equilibrio
homeostático, que se materializa en
la recuperación de la salud.
El agua de mar facilita la inmunidad
nutre nuestro organismo.
nutre nuestro organismo. Impide el
desarrollo de bacterias patógenas,
equilibra el Ph y ayuda a que se asimilen
los minerales, siendo así eficaz contra
muchas enfermedades.